Cuando nació su tercera hija en su hogar hace muchos años cuando todavía los partos eran en casa. Dio a luz sola porque el abuelo se había ido a trabajar fuera de la ciudad y no había manera de comunicarse con él para avisarle, además tenía que cuidar a su dos otros hijos pequeños. Al finalizar el parto tocó a la puerta una señora con reboso y una bolsa con hierbas. La señora preguntó qué si acaba de nacer un bebé y ella le dijo sí, la señora le pidió pasar le hizo un baño con las hierbas que se usan posparto y que son calientes. Entonces le preparó un caldo de pollo, la metió a la tina y después le ajusto la cadera y le cerró el resto de los huesos que se abren en el embarazo, la abuela dice que fue lo más increíble que ha sentido en la vida…

La abuela le empezó a enseñar a todas las mujeres de su familia, entre ellas, a Livtar, quien ella a su vez se lo compartió a Allie y así las dos se dedicaron a darle estos baños posparto a sus alumnas embarazadas cuando acaban de parir. Querían que este apapacho y regalo se expandiera en todas las personas y fueron apareciendo recetas antigüas de hierbas que tenían que ver con los problemas que trabajaban en sus pacientes. Así que crearon siete fórmulas distintas y así surgen los siete diferentes baños, cada uno con un efecto distinto. Más tarde se lo contaron a su maestro Guru Dev Singh, el maestro de sanación de Sat Nam Rasayan, un apasionado de las técnicas de sanación mexicana y él fue que les ayudó a mejorar las fórmulas aplicando el efecto de cada hierba a través de cuerpos espirituales sintiendo qué efecto tenía cada hierba para que con el contacto del agua se volviera una fórmula alquímica, y diera como resultado un efecto duradero en la persona que lo usa.

Ahora se los queremos compartir a todos ustedes para que cada vez que se bañen con estas bolsitas tengan ese apapacho contención y amor cada vez que lo necesiten.